Miguel Angel Ortigoza García

AUNQUE NO SOY CULPABLE, PERDÓNAME.

 

No me culpes, tesoro mío,

Por intentar, un poema.

No son culpables las aves

Si llegó el amanecer.

 

Tampoco ha de impedirse

Que broten manantiales

Donde Dios ha señalado

Para el mundo embellecer

 

No tiene culpa un picaflor

Si es de su vida alimento

Del jardín las bellas flores

Néctar, aroma y color.

 

No le daremos la culpa

A la miríada de estrellas,

Cuando la noche ha llegado

Sin que ella la pidiera.

 

 

Si así te canto, mi reina,

No me culpes, por favor.

Bien, perdona mis endechas

Que la culpa es de tu amor.

 

Cúlpate porque eres bella

Cual radiante amanecer

Como el agua de un sediento

Y el encanto de una flor.