Observar. Lo que la mayoría observa. Limitarse a mirar hasta donde nuestros ojos nos permitan.
Ver. Más allá de lo habitual, mediante nuestro ojo mágico, que todo lo ve, y todo lo siente.
Los ojos, hermosos canales de comunicación.
Nos han concedido un don al nacer, y es el poder ver, recibir tantas maravillas, hasta en lo más simple... Y así también nostros podemos dar, entregar al ser que este dispuesto a ver, un paisaje, pintado con los pinceles que nosotros elijamos.
La mirada concede una obra de arte de nuestros sentimientos a aquél que la pueda apreciar desnuda, al descubierto. Y aún en contra de nuestra voluntad, nuestros ojos irradian lo que sentimos, comunicandole al otro que es lo que nos sucede, aquí dentro, en nuestro corazón. `
Somos todos seres mágicos, transitando por una experiencia de las tantas que nuestras almas contienen, en ésta, estamos en un plano terrenal, y todo lo que esté a nuestro alcance, debemos y podemos disfrutar.