cada noche miraba el cielo estrellado,
soñando esperanzado
que un día volvieras a mis brazos.
era mi anhelo mas deseado
el verte de nuevo junto a mi
para amarnos
como solíamos hacerlo
en cada ocaso de abril.
en mi soledad
rogaba a lo Alto me dejara verte
en alguna estrella que engalana
la bóveda celeste,
pero mis plegaria parecían perderse
entre el silencio mas atroz e inclemente...
yo te quería de nuevo a mi lado,
pero se me olvidaba
que el destino malvado
te me arrebato de un severo infarto,
arrebatándome también la vida
porque tu eras la razón de mis días
y hoy que ya no te tengo
para que seguir viviendo,
si ya no tengo ni tu voz, ni tu risa, ni tu cuerpo
que eran mi paz, mi bebida y mi alimento.