Grande es la paz que me proporciona el recuerdo
húmedo y seco de tus labios (de pasión y buenos días).
Cada cuando viene y se va
como abeja que se esconde, y buscando su miel;
miel ámbar como de un claro atardecer, y de playa;
así de dulces y salados son estos recuerdos.
Ahora de nuevo en la noche sonrío
con esporádicos aromas alegres recordando mi pasado
y tu lágrima junto a la mía
se emposan en un ¿QUE HUBIERA?
¿Que Hubiera? ¿que hubiera?.
Me sumerjo en la apertura de mi pulmón
hacia un sueño del cual no quiero despertar.
Una vez dentro te encuentro
y sin una nube de duda
-YO- te vuelvo a besar.