Te regalo;
mi pensamiento diurno.
Las imágenes del mundo
a través de un prisma de color.
Días grises llenos de magia
Calles calladas,
con murmullos del corazón.
Rincones bulliciosos,
donde la risa es traviesa.
Te incito a;
Un pensamiento nocturno,
gastado entre las sábanas.
Con el vaho como pijama,
y el perfume de mi piel
impreso en tu cuerpo.
Te ofrezco;
mis cálidos suspiros,
mis caricias ansiadas,
la chispa de mi mirada.
Cada recuerdo futuro,
cada vivencia presente.
Sin reservas,
sin mesuras.
Te concedo;
todos mis pensamientos.
Las charlas frente al mar,
las tardes de sofá.
El abrigo del invierno,
el calor de la lumbre.
El sol desbordando vida,
la brisa del verano.
Te invito a ;
Cruzar ese límite invisible
entre la realidad y lo posible.
Te convido a…
un café para la eternidad
envuelto en una sonrisa.