¡Oh! Reina de la hermosura
gran soberana de mi corazón,
guardada con tanta premura
en lo más bello de mi razón.
Sos como el olor del jazmín
tan agradable en mi pensamiento,
vos teneis la belleza del rubí
tan guarnecida en mi entendimiento.
¡Oh! Celestial princesa de lo inimaginado
mi mundo es un recondito preso
si vos, mi amor, no estas a mi lado.