kafkegard

El lamento del caballero

¡Oh! Reina de la hermosura

gran soberana de mi corazón, 

guardada con tanta premura

en lo más bello de mi razón.


Sos como el olor del jazmín

tan agradable en mi pensamiento,

vos teneis la belleza del rubí

tan guarnecida en mi entendimiento.


¡Oh! Celestial princesa de lo inimaginado

mi mundo es un recondito preso

si vos, mi amor, no estas a mi lado.