A pesar de todo eres un misterio.
No sé mucho de ti,
quizá tú podrás decir que nada.
Pero a veces siento que te conozco,
que sabìa de alguna parte quién eras
y cuando llegarías.
He escuchado el eco de tu voz
en las paredes de mi interior,
de èsta; que soy yo.
Y entonces me pregunto quién eres,
y me digo que tú eres de ti,
pero yo soy la noche que te cubre de silencio.
Soy como la muerte,
como una marcha fúnebre,
como las manos de un cadáver fétido.
Tú eres como un suspiro
que se queda en el pecho,
como una palabra sin pronunciar.
Como el latir de un corazón,
entonces recuerdo que no tengo vida
y siento que me lates.
Que me dueles en lo profundo,
que has matado la poca cordura
y razón que hay en mí.
Eres como la vida,
como el respiro que me falta,
pero no te tengo.
Y entonces me resuena en la cabeza
aquello que dijo Astilo en el coloquio
de los centauros de Darío.
“El enigma es el soplo que hace cantar la lira”.
Y yo soy la lira,
tú el bello enigma,
la miel que se derrama de tus labios.
Eres lo que ignoro, lo que deseo.
Y al final mi vida, eres nada
Y lo eres todo.