Ayer por tu ventana se escondía un poeta, con canciones en el alma y un par de trompetas.
Ayer casi anocheciendo una nube te cantaba, sus canciones en guitarra de las gotas del silencio.
Fuera de tu casa se envolvían muchos besos, abrazos con palabras y un par de sonetos.
Dame la razón si estoy en lo correcto, que ayer mientras dormías, yo escribía estos versos. Con el alma en mis manos y el corazón en el lienzo.
Dame la razón cuando sueñes en novelas, que las flores se agitaban por el roce de tu cuerpo.
Dame la razón de un pasado extraordinario, de aquellas montañas viejas que alguna vez fueron templos.
Dame la razón de este gusto de tus labios, dulces como nunca, fiero y anhelado.
Dame la razón en un paseo por la playa, tocar la arena descalzos con el mar enamorado.
Dame la razón cuando fijes la mirada, ojos, océano azul y un puñado de estrellas doradas.
Dame la razón con una sonrisa enamorada, de la lluvia con el viento, juntos a la madrugada.
Dame la razón si estoy en lo correcto, que te quiero como nunca, y como nunca, te estoy perdiendo.