El poeta está en soledad,
para escuchar su inspiración,
porque tan sólo en el silencio,
se puede expresar el amor,
como la fragancia,
expresa la flor.
Dios creó el mundo
y vio que era bueno.
Es lo que ves cuando
miras sin pensamiento,
desde la quietud.
El poeta percibe
la quietud del árbol,
conecta con él
a un nivel muy profundo,
se siente unido con él mismo.
Sentir esa unión
es verdadero amor.
El sentido más interno
de uno mismo,
es inseparable de la quietud.
Ese es el Yo Soy.
Cuando haya silencio
a tu alrededor, escúchalo,
préstale atención.
Cuando te das cuenta
del silencio,
has salido de miles de años,
de condicionamiento
colectivo humano.