Dejando su soledad,
por una vana ilusión,
para luego darse cuenta,
que la pasión no es amor.
Quiso rellenar el hueco,
que tenía su corazón,
convirtiéndose en verdugo,
del amor que conquisto
Clavándose una espinita,
que no se puede sacar
diciéndose que la ama,
más solo quiere soñar.
Pececito en su pecera,
mirándose en el cristal,
sabiéndose acompañado,
creyendo estar en el mar.
No es amor, es espejismo,
no te trates de engañar,
engañando un amor limpio,
como agua de manantial.
Abandona esta pecera,
y mejor vuélvete al mar,
llevándote tu espejismo,
y tus burbujas de cristal.