Noches de placer había en tus ojos
Y me sentí amada… Muy amada.
En mi piel mecía tus labios
Y tú acunabas el amor mío…
Pero llegó el momento de saberte
Y divisarte con los poros de mi alma
Aquella noche de placer que éramos
Aroma de mujer dejé en tus manos.
Y un clavel erguido floreció en mi vida
Y una nube de recuerdos
Se evaporo en mi alma.
Y me fui de espalda tras tus ojos
Y lloramos juntos el olvido.
Pero se quedó la huella
De esa bella noche de placer
Cual nunca olvido porque fuiste el amor mío
Descalzo caminaste en mi piel
Y abrazaste mi desnudez
Bajo el amparo de la luna
Bebiste de mis senos mis amores
Y nos fundimos como viento y como aire
En bocas apaciguamos el amor.
Desventurado el pájaro cantor,
que esa noche encontró ocupado el nido.
Mientras tú y yo bebíamos vino de amores.
Te fuiste como el perfume de la noche
Y Entre mis cabellos quedo la huella de tus besos
Que ahora sofoca el dolor de haberte perdido
Cuando más te quería…
Y cuando más fuego de pasión en los dos había.
Soberbio el destino te llevo de mí
Pero no de mi corazón,
Creciste como amapola sembrada
En el lecho de mi alma…
El cielo es testigo, que te lloro cada luna
Y se convierte en lluvia… De recuerdos
Alicia Pérez Hernández…
-No es la pluma la que escribe es el alma-