Tus besos, saturando de humedad
el mar enfurecido que me arrastra
al fondo ineludible de ebriedad,
y a los corales rojos me encastra,
exhiben lentos pasos inquietantes
en corrientes del sur apasionantes.
Tus caricias serán süave rastra
en mi elevación sin temblor laso
a un cielo enrojecido de ocaso;
refugïo centelleante de terquedad,
de la plenitud de sentirnos con libertad.