ALVARO J. MARQUEZ

DE TANTO

De tanto estar solo es que tal vez
he aprendido a amar mi soledad,
aquí donde me encuentras y me ves,
tengo mi esencia… y mi verdad.

En mi sonrisa se nota algo triste
y no hay en mi tristeza una sonrisa,
la hoja que cae del árbol existe
y nadie sabe adónde se la lleva la brisa.

Me siento a escribir para nadie quizá
o puede ser que alguien me inspire,
pero escribo sin preguntarme qué pensará
cada persona que al pasar me mire.

De tanto amar la soledad estoy atado
a todo lo que en mí representa ella,
como un universo ya acostumbrado
al brillo peculiar de alguna estrella.

De tanto atarme a la soledad ahora siento
que aún atado estoy en total libertad,
no hay soga que pueda amarrar al viento
y yo como viento viajo con mi verdad.

De tanto sentir muchos poemas me han salido,
que esto sería así ¿quién lo podría decir?
Cada poema es un pedazo de lo vivido…
cada tristeza en ellos una forma de morir.

De tanto salir a darle la cara a la vida
me he encontrado una vida de espaldas a mí,
un niño que llora, una mujer que me olvida
y un poema extraño que nunca escribí.

De tanto dar la cara cachetadas recibí,
equivocaciones tuve, tengo mis defectos,
es que Dios sin dudas no pensó en mí
cuando pensó en hacer seres perfectos.

De tanto recibir no fui a veces buen receptor
y se pagan consecuencias cuando eso sucede,
dejo de escribir para irme con el amor…
y la soledad me pide que me quede.

De tanto haber escrito “de tanto” me cansé,
es mucho redundar y no me gusta…
Alguna vez sin escribir me imaginé
y el resultado de eso me asusta.

Fin de este poema, no más incoherencias
para que lo que escribo tenga su encanto,
no se me han acabado las experiencias,
pero sí las ganas de escribir “de tanto”.

Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
Todos los derechos reservados 
7/1/2014