Estas lejana,
mis letras son capaces de traerte.
El mar de piedra y las montañas de cemento
son derrumbadas por el tinte de mis letras.
Estás aquí, aunque estás lejana,
pero estás en mi.
Ni el fuerte oleaje del ir y venir,
ni los fríos vientos que surcan el firmamento
impedirán que estés aquí,
aunque estés lejana.
Sigo en la isla de asfalto,
la soledad me respira hondo,
yo respiro tu aroma,
el sinsabor se concentra,
como se concentra tu rostro
a través de los cristales.
Estás lejana,
pero estás aquí.
René Barón R.