Luis Rayo

Las antiguas libertades

 

A ratos lanza,
 a veces mansa,
luego resaltaba lo puntiagudo,
y en silencio los espectadores de la indiferencia
y no comprendieron 
la llegada de las formas grises,
grises como el cielo nublado.
Ahí estaban los de siempre,
 los jóvenes y los viejos 
soñadores invariablemente
que aclamaban las antiguas libertades,
libertades que que se reclaman
en los rugidos de los leones desesperados.