El cuerpo estaba sobre la mesa
el doctor, listo y dispuesto
con su machete, corta las extremidades
y las lanza dentro del cesto.
La sangre no para de fluir
el doctor mira fijamente
nunca pensaría en huir
pues, de lo que hacía, está consciente.
Ahora, arranca los intestinos
no siente remordimiento alguno
de quienes desafían al doctor Hypnos
sobrevivientes, no hay ninguno.