Muchas veces los que amamos por oír al corazón ,
Hemos de entregarlo todo que creemos con razón;
Pero nunca hemos pensado si esa es la actitud mejor,
Y muchas veces se cae como estrellarse un avión .
Eso me paso con ella aquella que conocí ,
Me embruje con su mirada y sus labios de rubí ;
Entonces me olvide de todo tan solo en ella pensaba,
Y mientras más días, más a ella yo la amaba.
Fue tanto lo que me envolví en su encanto,
Que por verla no dormía y así pasaba las noches, hasta el claro de día .
Pero entonces me di cuenta, cuando ya yo más la amaba,
Que había perdido mi tiempo, con sus palabras me engañaba.
Comprendí que no es mujer, de amar con sinceridad,
Que hay que tenerla en los brazos, para sexo nada más;
Perdóname por amarte, mujer que vives confundida
Y ojalá que no te encuentre, abandonada y herida.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita