Algunas vez tuvimos esperanzas
como el algodón de azucar,
esponjosas, dulces, blandas
y también un tanto empalagosas,
para los adultos que nos decían
que debiamos hacer otra cosa.
Alguna vez fuimos firmamento
celeste, claro e inmenso,
y soñamos con ser el espacio
que alberga tesoros e instrumentos
de luz, vida y eternidad
en polvo y ornamentos.
Alguna vez escondimos
del mundo entero nuestros miedos
fingiendo la fortaleza
que ni soñábamos tener,
queriendo ocultar heridas
aun de nosotros mismos.
Alguna vez fuimos risas
al abrazar a una mascota fiel.
También jugamos a ser grandes
a veces errando en las palabras
también en el camino a escoger,
con las personas o en una ilusión tal vez.
Con todo el corazón optimista
propio de la fuerza de la juventud
nos llevó a creer que en la vida
llega la calma después del alud.
Alguna vez nos encontramos
mirando al cielo en soledad
sabiendo que las lágrimas
no se podían contener
siendo conscientes
de que amigo es sólo Dios,
una vez tuvimos el brillo en el alma
como el sol cuando está en el cenit,
y aunque hayamos pasado depresiones,
la vida aún tenía un dejo de bombón
que nos tentaba a seguir siendo jóvenes.
Mis Sentimientos
Melodía: Nocturno de Chopin