Recorro, senderos y esteros
buscando una estrella
que ilumine nuestras vidas,
una luna que atestigüe
nuestro amor,
una pompa que transporte
tus labios a mi almohada;
Camino sobre el mar, buscando
la sabia de tu boca
y la timidez de tu mirada,
me dejo llevar por el aire que
se dispersa entre tus rizos,
y acaricio tu torso hasta
llegar al centro de tu cuerpo,
y me pierdo en noches eternas
buscando tu alma hechicera;
Siento el ruego del muro
de tu cuarto que delira en sueños,
junto con tu conciencia mi nombre,
esos sueños perdidos entre
ráfagas de besos y miradas
profundas como el inmenso
océano donde viven,
los paradisiacos recuerdos de
nuestro amor.