Un piso en barrio antiguo de Madrid
Retrato en blanco y negro del marido
El piano silencioso recordaba el chotís
Que en un solo ladrillo se había ido.
Olor a soledad impregnado en la alfombra
Los cuadros se tornaban cetrinos
Guardaba sus recuerdos tras las sombras
Y sus lágrimas en los jarrones chinos.
El comedor presidido por La Cena
De su hijo la primera comunión
De tristeza y nostalgia el alma llena
Cada vez más pequeño el corazón.
En su diaria rutina ella limpiaba
El museo de su casa con esmero
Cada figura en su sitio estaba
La almohada sabe de suspiros lastimeros.
Se levantaba a la Misa de las nueve
Rezaba para que Dios se la llevara
En casa ya Señor nada se mueve
Las cartas de su hijo no llegaban.
No hay peor nostalgia en esta vida
Que recordar un pasado adornado
De recuerdos que el tiempo ha deformado
Cual cicatriz borrando las heridas.