En mi patio cada día
Un gallo ajeno aparece
Desde que Dios amanece
Para darme la alegría
De que vivo todavía
Y que mi vida merece
La luz donde resplandece
Mi azarosa poesía.
No hay en mi patio gallina
Que cortejarla pudiera
El gallo cuando no estoy
Allí vive Silvestrina
La morrocoya soltera
Que quiere su morrocoy.