Escaso aliento me queda en el alma,
una mirada furtiva ignorando el dolor,
débiles manos y rasguños de suplicio
me sumergen en mi oscuro resplandor.
Callo mas y si no puedo
que harás con mi voz?
De seguro lapidarás mis palabras
con tu inexistente y acérrimo perdón.
Te podría decir en silencio.
No mas estos delirios de pasión,
no sepulcres mi ser,
no me abandones al dolor.
A rastras de mi poco corazón
que yace apesadumbrado en el lecho,
lloro inconsolablemente por tu amor,
por tu partida... y no me diste tu perdón.