Tu mirada vivida,
tus labios que cuentan cual mar sonoro,
tu cuerpo que da vida a los versos de oro,
tu ser hace que la luna muera sorprendida.
Señor mío la quiero tanto,
y es que derrite a los cielos con su llanto,
eres tan bella, tan frágil, tan triste,
ninguna estrella puede igualar la luz que tu hiciste.
Crea mi camino con todo halago
y torna mis ansias en la quietud de un lago ;
señor has que su amor florezca cual espiga
y permite que esta bella historia siga.
Reina mía vísteme con tus rosas
y deja que contemple tus mariposas;
te doy todas las mieles de mis colmenares
pero déjame estar en tus florales.
Señor mío la quiero tanto
Jasidh chavez/Autor/Derechos de autor