Solo mi tinta y yo viviremos,
quizas cien o doscientos años
por que nunca nos separaremos
por que no miraremos daños.
Solo mi tinta y yo contemplaremos,
las iluciones de amor hechas poesía,
pues con el tiempo los dos sabremos,
que todo entre los dos fue alegría.
Mas qué será de mi tinta sin mis manos,
no tendrá ya más el movimiento
que será de aquellos mis hermanos
cuando me hagan el despedimento.
¿Quien escribirá una vez mas mis letras?
¿Quien las hará volar de los papeles?
Quizas ellas tambien queden muertas...
quizas hullan como los corceles.
Benditas serán llamadas aquellas
que al ser leidas provoquen el llanto,
el supiro de amor, las querellas
de dos que sin duda se aman tanto.
No son mis letras para vivir triste
pues en ellas hay amor y alegría,
hubo algunas, para despedirse,
y otras agradecen nuevo día.
Olvidado quizás sea mi nombre,
olvidada tambien la faz de mi rostro
olvidado de mi voz el timbre
y el aroma mio que dejaba rastro.
Mas ellas, las que amé siendo joven
aquellas complices de mi vida loca,
las letras, de aquellas quienes tuve,
la gracia de en papel libertar mi boca.
Ellas, mis amantes serán del tiempo,
pues en el suspendidas serán recuerdo
de un hombre que vivió a destiempo
un loco... que se creyó cuerdo