Una tarde de aquellas
cuando la hora nos apuraba
vimos caer del cielo otra estrella.
El murmullo de la tierra
por de pronto nos confundió
y aún así en la frontera
de nuestro corazón, ella se quedó.
Esa tarde lloraron tus ojos,
lastimaron mi corazón
deseaba tanto estar a tu lado
que el paso del tiempo no me importó.
Será que aún vives en mí,
o tal vez en mis pensamientos,
o quizás es tanto el amor que te tengo
que no he de olvidarte jamás.
El camino se hace estrecho
y ya no puedo conseguir llegar a ti,
te observo desde la distancia
y me entristece tu soledad.