Pasar la noche sin tener alguien al lado, para poder dialogar,
Y pasarla totalmente desvelado, sin poder cerrar los ojos ;
Es igual que ver a un hombre, enfermo y abandonado,
En un sitio solitario como viviendo un calvario.
Así he pasado yo algunas noches, sin nadie que me diga te amo,
Sin nadie que respire junto a mí, y yo huela su perfume;
Y sentir que me miran a los ojos, sintiendo el calor de unos brazos,
Y que una boca me dé, mil besos apasionados.
Sólo una Noche como esta que describo,
Te pedí cuando yo te enamoraba,
Y que tú prometiste complacerme, nuestros cuerpos como sogas enlazados;
Y nunca vi se cumpliera la promesa, no los por siempre, que estarías a mi lado.
Hoy me quedare con los recuerdos, que en si te tuve,
Que te viví entre mis brazos y goce la pasión que me ha embrujado;
Pero sólo una Noche yo quería, para ver los espejos en tu cuarto;
con el calor de tu pasión, totalmente empañados.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita