Sois la savia que corre en mis adentros
Llenándome de vida, aun ausente
Así de mis ramas caigan hojas vencidas por el tiempo
Están llenas de tu amor y no te olvido.
Sois el sol que calienta las estepas
De mi corazón y mis sentimientos
Témpanos eternos que me trajeran
Tus manos tibias y tu fría despedida.
Sois la lluvia que en Mayo aguardo
Para ver florecer mis esperanzas
Y cuando el caudal se acrecienta…
Tirar al río mis penas y mis yermos pensamientos.
Sois la caricia del céfiro fresco
Que rodea mi cuerpo ensimismado
Leyendo vuestras cartas amorosas
Bajo la sombra de un añoso árbol.
Sois el vendaval que de un soplo borrará
Las tristes huellas, vestigios anticuados
Del hombre que besó tus labios en las rosas
Y en las alas de las mariposas, halló la delicia de tu piel.
Delalma
Viernes, 06 de enero de 2012