Solo yo se que te quiero,
¡Como nadie te ha querido!
De eso estoy tan convencido,
Que sin ansiedad espero.
¡Aunque impaciente me muero!
Ver la luz de esa alborada,
Recorrer tu piel dorada,
y en silencio confesarte:
¡Cuánto he sufrido al callarte mi pasión desesperada!