Cuando veo tus ojos
me interno en un mundo fantástico,
lleno de experiencias vividas.
Tus cabellos blancos
abundantes como las estrellas en el cielo,
logran revelar la verdad
de tus años vividos.
El claro silencio de tu voz al escucharme
me invita a recitar el poema triste de mi vida,
y sé que también aprendes a través de mi
y que compartes mis penas y alegrias.
El poco tiempo que logro verte Padre
no es suficiente para poder robarte una sonrisa,
y espero sin reparo alguno
hacerlo en este día.
Soy como un libro abierto
y logras entender mi agonia,
logras calmar mis penas
y me llenas de alegrias
Por eso te digo Padre:
Gracias por ser mi amigo,
gracias por ser duro conmigo,
gracias por existir,
gracias a Dios por haberme dado
un padre que jamás me hubiera imaginado.