Los ladrillos aun olían a celuloide quemado
los imparables estruendos vanos del presente
haciendo añicos los besos y pajas del pasado
las butacas con las manchas del semen ausente.
Las plateas destrozadas guardan eructos , pedos
lágrimas, risas, sudor, profundas emociones
en la cabina restos de peperoni y panini de Alfredo
en los escombros yacen de Totó sus ilusiones.
El progreso siempre se cobra víctimas inocentes
Cinema Paradiso sintiendo con horror y espanto
la explosión paralizando incrédula a su gente
para ser ,a la postre sustituido por un Banco.
Como milagro los cajeros de la banca
no dan billetes, sino el beso pasional
que Boggy le da a Ingrid en Casablanca
las colosales tetas de Silvana Mangano
en las escenas de su Arroz Amargo
y así poder toquetearlas con las manos
delante del Banco un rato largo.
El beso lengueteado de Errol Flynn
en Robin de los Bosques a su Myriam
y otros besos incontables, sin fin
que hacían sonar del cura campanillas
mientras Totó, escondido cual ardilla
reía inocente creyéndose Robín.
Todo ha cambiado en aquel pueblo siciliano
pero hay fantasmas que siempre permanecen
y de Giancaldo todos sus habitantes aldeanos
sus recuerdos ahora los tocan con las manos.
No corras tanto
que ellos permanecen
sus espíritus merodean por el Banco.