Desde la mesa de aquél bar
él siempre la veía pasar
detrás del humo de su cigarrillo
y disimulando leer el diario...
Ella cuidando los detalles,
sin ser descubierta,
cada atardecer paseaba
coqueteando su natural belleza...
Portadora de unos impactantes
razgados ojos negros
y de una cabellera abundante
que dejaba libre caer en sus hombros...
Juego de seducción
sin intercambio de palabras,
sólo algún saludo cordial
que les enrrojecía hasta el alma...
Él con sus más de cuatro décadas a cuesta
que lo frenaban para acercarse a ella,
quién con veinte años menos
se adueñaba de sus sentimientos...
El destino quizo cruzarlos
una calurosa tarde de enero
bajo una inesperada lluvia y viento,
él corrió a protegerla del aguacero...
Se conocieron las voces,
sus perfumes sintieron
y los corazones de ambos
galopearon a destiempo...
Susurrándole al oído
embrujados en sus ojos negros,
él habló primero:
\"....mi bella, por qué llegas tarde a mi encuentro?...\"
y ella emocionada, acurrucándose en su pecho
le contesto:\"...mi señor, porqué no deja en paz al tiempo?...\"
Y no hubo más palabras,
sólo un inmenso beso
que fundió ambos cuerpos
en fuego y pasión sin noción del tiempo...
ESMERALDA