Este luar de castaños heridos
es un bosque encantado
dónde los espíritus limpian el aire
envolviendo a los seres
potenciando la magia de cada uno.
El musgo de las piedras graníticas
rezuma el agua pura
que mana montaña abajo
deleitándonos en el caedero calagua
ofrece truchas y caño a los paisanos.
Por allí transcurrían los antiguos caminos
de la vida de nuestros abuelos
llenos de ganado, leña y nuevas
de gentes de otros lares
para trocar saberes y cantidades contables.
Dicen que el Quijote se maravilló
del valle escondido dónde los lobos
aullaban a la luna
para pedirle alumbramiento y estrellas
en noches de intensos sentires libres.