-... aún no me curo de mi enfermedad-
es sábado, lo es? y aún sigo abrazado a las estrellas,
tumbándome en la tierra, mejorándome al abismo
sin fondo- sin aún tocarlo, cayendo aún brillo en la caída
me brillan los ojos,
me brillan y quizás los veas tú,
allí en la tierra tan extensa
tan lejana, y tan real...
me brilla el alma,
sí me sientes me ves, pero, antes debes sentirme y mañana mirar
... y sonreír al verme caer,
al sentirme en libertad...,
quizás no entiendas -ni a mi-
pero soy como las estrellas, siempre brillan, siempre están y siempre desaparecen,
siempre,
siempre caen cuando ya se sienten perdidas, -pérdida para mi vida-
¿No sé me pregunta sí estoy triste o adolorido?
se deja pasar como el sábado, ay del pesar,
ay del pesar del peso de la gravedad
clavarse una lágrima puntiaguda en la sangre
llorar con cenizas
que fundan el fuego en las mejillas
y los párpados se nublen junto a la estación de los caídos
junto a la lluvia que espera desgarrar mi piel
hiriendo lo más profundo de mi alma,
nadie pregunta,
nadie ni nada,
nadie pregunta sobre mi tristeza
y son días previos
y esto que escribí no tiene estructura,
no esta editado,
viene desde dentro
desde lo más íntimo,
nadie pregunta,
nadie ni nada,
y soy como los astros,
brillan como mis ojos,
se cierran, se cierran para siempre,
y cuando deseas algo, allí están para abrirse de nuevo...