Siete versos navegan en mi pensamiento,
palabras del tiempo que paso contigo,
ráfagas de viento que dan el sentido,
a estos siete navíos de amor y sentimiento.
Yo solo quiero morirme en tu boca,
y así reencarnarme en tu aliento,
para poder recorrerte por dentro,
y sentir lo que sentirte provoca.
En tu cuerpo se pierde mi mirada,
porque eres el recreo de mis ojos,
la diosa que satisface los antojos,
de mi alma a tu ser entregada.
La nostalgia rige mi comportamiento,
en el tiempo que no paso contigo,
siento el fracaso del tiempo perdido,
en el que sólo verte mitiga mi sufrimiento.
El embrujo que posee tu belleza desmedida,
deshinibe mi alma y la lleva a soñar,
que de ti se adueña y que puede controlar,
el influjo que desprendes y que domina mi vida.
La expresión misteriosa de tu rostro perfecto,
hace estremecer los pilares de mis sentidos,
aumenta el ritmo y la intensidad de los latidos,
de mi corazón conmovido por el roce de tu aliento.
Cuando te miro no se ni lo que pienso ni lo que digo,
en mi cabeza no cabe ni amarguta ni tristreza,
y a mi alma solamente le queda la certeza,
de que el resto de mi vida quiero pasarlo contigo.
J16.