No hagas ver
que no te das cuenta,
que me hace falta
tú presencia,
que te gusta mi mirada
y mi belleza.
No hagas ver
como si nada pasara,
por tu anhelo y por mi alma,
que vivo atormentada
por no tenerte cerca,
que me muero cuando te alejas,
que algo se te rompe por dentro
cuando te vas y me dejas.
No hagas ver
que no te das cuenta,
que tus ojos son mi reposo,
tus palabras mi alegría,
tu atención mi mayor gozo.
Más te sobra la razón,
en realidad nada pasa,
demasiado grande es la distancia,
que de ti me separa.
Siempre me dejas diciendo,
Adiós,
y yo me quedo sin corazón;
no disimules ni te engañes.
Dios mío que gran pena,
que hagas ver
que no te das cuenta,
qué gran dicha,
si por un momento
fuéramos libres
de la lógica y la razón,
pudiéramos expresar
nuestros sentimientos,
obedecer a nuestro corazón.
Pero nos han enseñado,
que para no ser engañados
hay que actuar
con lógica y con razón,
así no hay peligro
de ser juzgados de malos.
Pero es muy grande
el sufrimiento en favor
de la sensatez y la razón
y el sacrificio del amor,
matando la intuición.