Nada es lo que parece
superficies opacas
de epidermis variables
intercambian sus ansias
y transforman en ruido
las voces que no hablan
—se despeñan—
quedándose a las puertas de la nada
sin latidos.
Pequeño apocalipsis
sin apurar la vida
que se ensancha y se pierde
en la playa del alma
sin encontrar respuesta
porque nadie te escucha
hasta que en una esquina
me miraron tus ojos
encontrando esa calma
al tenderme tu mano
y alejando mi miedo.
Sandor