Había pensado que tanto vos como yo,
dejaríamos de querernos en la mañana,
y que ya no esperaría con ansias
el regreso de tus alineadas letras
que trajeran poesía a mis labios...
Perdía equilibrio con el paso de los días.
Si el estimado tren llegara tarde,
o aquellos ojos no me miraran bajo la lluvia.
Aunque encubierta bajo mi capucha
tratara de disimular que no guardo
entre tantos puntos suspensivos licores dulces.
Pero, es anuncio grande,
que los días dicten párrafos
en cualquier instante
tan solo para liberar
la caída de mis miedos,
en susurros delicados
traídos por amor.