Cuando quieras que nazca un poema nuevo,
mírame a los ojos o regálame un beso...
Si te parece poco el amor que te profeso,
inventa reclamos, muéstrame celos...
Si te lo propones me pondré romántico
y te expondré mi amor en renovado cántico.
¡Excítame!, ¡provócame!, ¡búscame! que quiero
inspirarme en tus movimientos... en tus palabras...
en tus desdenes... ¿sabes?, ¡tú tienes la llave de mi estro!
Eres el “abracadabra” que abre la puerta
al volar de mis sueños... la varita mágica
que crea las metáforas con que te embeleso...
Hada, ángel, ánfora que recepta todos mis deseos...
duende... musa... mujer... ¡tú eres mis versos!