La cantidad de sensaciones que se desbordaban de mi ser eran incomprensibles e únicas... Me alteraba con el roce de nuestra piel... El mínimo tacto que realizabas provocaba excitación desde los pies hasta la cabeza... Lo prohibido en el instante era nuestro disfrute... Nos olvidamos de todo... Sin importar el entorno... Poco a poco iba entrando a la dimensión del placer... La respiración en medio de la nada era un factor más de la agitación producida por nuestros sexos... El olor de tu seducción se impregnaba en mi ser... La sequedad en mi boca se hacía más presente segundo a segundo... El sudor de tu pecho rozaba intensamente mis pezones erguidos... La pasión se adueñaba de nuestros cuerpos... Me quemaba en el ardor de tu fuego... La intensidad aceleraba los latidos de mi corazón... Eran las sensaciones que erizaban hasta la última entraña de mi existencia... Era el momento donde se personificaba mi felicidad... Me deleitaba ante tu presencia lujuriosa llena de amor... Los gemidos silenciosos desnudaban nuestra fruición... Todo nos llevaba camino a la concupiscencia... El deseo se adueñaba de nuestras almas pecaminosas... El frenesí agotador se acogía en nuestros espíritus... Tu desnudez me cautivaba... Hacia qué deseara cada centímetro de tu belleza... Que me percatara constantemente de tu libido... Tu cara me enviaba a la locura sexual... Codiciaba tus percepciones placenteras... Tu mirada era mi más grande provocación... Eras mi manía más erótica... Tus besos húmedos eran una expresión más de nuestros deseos reprimidos... Las caricias eran agotadoras después de todas la energía desgastada... Constantemente me estimulaba tus reacciones... Tus manos tenían el tacto perfecto que me llevaron a la culminación perfecta del coito más sensual...