Se fue el mes doceavo,
y de muy triste manera,
quedó sin un centavo
mi vieja cartera.
El bar de casa
en otrora surtido
en la mala racha
quedó desnutrido.
Las botellas de vino
que estaban en fila
entre hermanos y primos
le dieron hojilla,
Media botella de anís
que tenía hace años
le hicieron swing
entre palo y palo.
Una vieja botella
de ron añejado
a pesar de mis quejas
también la vaciaron.
Un brandi especial
de varios abriles,
ya casi al final,
dieron matarile.
Y qué hablar de cervezas
y botellas de sangría
de manera muy diestra
dejaron vacías.
El bar de mi hogar
quedó tan precario,
que lo voy a cerrar
por falta de inventario.
Comparé de a poco
para irlo surtiendo,
pues si lo reboso
mejor me mantengo.
Para evitar la debacle
que he padecido
voy a hacer un lance
muy divertido…
Guardaré todo
en las navidades venideras,
y con lejía y cloro
llenaré las botellas.
Con los empedernidos
seré más severo,
y el que llegue de atrevido
tomará el veneno.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Bajo el número 55620114
Maracaibo, Venezuela.