Lamento no haber tenido
en mi sonrisa un diamante,
ni dulce voz de cantante
para acariciar su oído.
Lamento si mi decoro
para usted no es bienvenido,
pero como es bien sabido
no soy monedita de oro.
Lamento que mis sentires
a su paladar sean jocos
y que le parezcan locos
mis versos y mis decires.
Está claro que mis ojos
que miran siempre de frente
son a los suyos la fuente
de donde brotan enojos.
Lamento yo en esta vida
no lograr su aprobación
y ante tal predicación
me hallo a veces cohibida.
Mas lo cierto es que el respeto
a usted no se le da nada
y la palabra pesada
de usted es látigo inquieto.
Hoy quiero con humildad
compartirle aquí en secreto
la verdad a que someto
toda mi tranquilidad:
Creo es la felicidad
luz por todos merecida
y merece ser vivida
en absoluta igualdad.
Creo en la fraternidad
de un corazón generoso
que se eleva majestuoso
en la solidaridad.
Pienso es la sinceridad
claridad de pensamiento,
sutileza en sentimiento
y pendón de honestidad.
Creo que es deber soñar
para propulsar la vida
aunque quizá una caída
nos llegue a desengañar.
Creo en que para empezar
se debe poner empeño,
para ello el gesto risueño
siempre ayuda al avanzar.
Cierto es que en todo camino
ha de haber algún tropiezo,
por eso no olvido el rezo
cuando llega el desatino;
no me apego yo al lamento
ni maldigo mi destino,
si en mi pie se clava espino
no reniego del tormento;
porque el tiempo que es perdido
en llanto y lamentaciones,
opaca las bendiciones
que el Señor me ha concedido.
Busco ser agradecida
en todas las ocasiones
y a las malas vibraciones
las oriento de salida.
Comprendo que el ser humano
experimenta emociones
y que a veces las pasiones
llegan a subir de plano;
mas también creo que es sano
aligerar las tensiones
y evitar causar lesiones
al tratar con un hermano.
Cada quién tiene a su modo
su forma de matar pulgas,
si conmigo no comulgas
con eso no me incomodo;
si variados son los dones
con los que somos dotados
bueno es el ser acertado
al expresar opiniones;
para hablar y hacer contacto
debe mostrarse respeto,
poco sirve ser concreto
si se habla con poco tacto.
Por eso es que yo lamento
si yo no le simpatizo
sin embargo garantizo
no hacer del hecho un tormento;
lamento si mis ideas
le parecen algo absurdas
o si en su opinión son burdas
torpes, ilusas o feas;
el caso es que yo me apego
al sentir de mi consciencia
asumiendo en consecuencia
ventura o desasosiego;
por eso yo no reniego
de mis acciones pasadas
fueran correctas o erradas
su sinceridad no niego,
de ideas y de intenciones
hubo algunas acertadas
estas fueron evaluadas
con distintas opiniones;
consciente de mis opciones
y de mis capacidades
le dejo mis calidades
y un puño de bendiciones.
Lamento si le parezco
empachosa o petulante
quizás en futuro instante
acepte lo que le ofrezco;
mas su respeto merezco
aunque yo a usted no le agrade,
que su habla no me degrade
cuando ante usted comparezco.
Espero yo no ofenderle
con esto hasta ahora dicho
no piense que es mi capricho
molestarle o contraerle;
no obstante creo es lo justo
suavizar nuestra aspereza
buscando que la franqueza
no riña con el buen gusto.
Lamento no ser motivo
de su dicha o alegría
más pienso nos convendría
dejar el lenguaje altivo;
buscar un modo asertivo
de hacer buena convivencia
para esto basta decencia
y deseo comprensivo;
tan solo con voluntad
se aflojan tantas tensiones,
se distienden percepciones
y se vive en libertad.