Oigo tu voz
En el murmullo del agua
Al golpear, contra las piedras.
Y el canto de los grillos.
Quedo enmudecido.
Porque, quedaron amordazados
Al saber de tu partida.
Y en el medio del lago.
Se ven las dos torres
Que emergen de tu cuerpo
Y que con el reflejo de la luz
De la luna, se divisan a lo lejos.
Y tú pelo
Se confunde
Con la corriente del agua
Del rio.
Te fuiste
Y dejaste
Una herida
En mis venas, en mi sangre.
Y la luna
Quedo, marcada
Con la cicatriz
Que le hiciste.
Por eso.
Ya no alumbra
Como antes.
Y las noches, ahora son más oscuras.
Yo espero
Que cuando vengas.
Las piedras, florecerán.
Y la luna, será como el sol.