Felicidad esquiva. Te sientas a mi lado, me haces una trenza, cortas un lirio y lo arrojas en mis piernas.
Pero,
si yo quiero hablar de mi tristeza,
el cadáver de la abuela,
toma la ouija e invoca a mi alma,
de la sombra del sueño,
a expulsar una tristeza.
Amor.
Acaricia mi frente,
No mires este costado,
la frente, la traquea,
el corazón prefabricado,
ésos, te los regalo.
Pero tristeza,
toma tu té,
escucha sin olvido
cuando hables de Èl
y no me dejes susurrarle
de la pregunta
que se cuela
como el viento por una
ventana
siempre
abierta.
Amor.
Caricia de azucena
en bosque de invierno,
no apartes tu mano
no muevas tus dedos,
haz de mí,
la botella del náufrago
la isla de su exilio
la muerte del silencio.
No apartes amor,
no apartes
el camino de mí.
Feudalismo eterno
reclama mi poesía
y a ti te deja,
amor,
esta leña que arde
para abrigar mi ausencia.
Amor,
bonanza de médula
en mi horadada osamenta.