Será la voz del cerro la que dicte
la de la brisa fresca vespertina
bajo las piedras y agua cristalina
encontraré palabras.
No habrá ruidoso espanto de noticias
ni polución sanguínea por la rabia
será mi hablar nocturno con los grillos
será más verde y viva la plegaria.
Y me convenceré de ser más tierra
y todo lo diré con muchas ganas
imitaré las manos de un escriba
redactaré mi tarde y mi mañana.
Será la voz del cerro la que dicte
la del viento rozando mis espaldas
recitarán los versos desde el aire
Será la nube quieta mi guitarra.
andrea