Una rosa en mi jardín
va muriendo de a pocos,
salvarla no podré,
se va marchitando
sin remedio alguno,
la bella rosa colorada.
El jardinero la podó
para su bella amada
altiva y orgullosa
posó en sus brazos
suave y romántica
unió dos corazones.
Sacrificada fue por amor,
hoy se extingue, día a día
bajo la sombra aquella,
bajo el sol, bajo la luna,
salvarla no podré,
a la rosa hermosa.