Opaca luce ahora su mirada
la misma que antes fuera fuego ardiente,
cautiva en los espacios de su mente
divaga una razón alucinada.
Vestida de tristeza ensimismada
las lágrimas irrigan su presente
y el genio muestra siempre displicente
con mueca de aflicción exagerada.
¿Qué importa si es de noche o brilla el día?
Si llueve o si refulge un sol radiante...
En su alma no hay cabida a la alegría
vivir es hoy dolor desesperante.
Tristeza, depresión, melancolía
lo cierto es que hay dolor avasallante.