Aún respiran deseos
cuando se notan los años,
la piel no es tersa y sus manos lo sienten;
las de ella, inquietas alondras, no mienten.
Nacen silencios y extraños.
Paganas alas abrazan
sin la tibieza de antes,
buscaron nuevos aromas en prados
donde retoñan, en troncos doblados,
hojas de verdes orantes.
Es primavera en otoño,
amaneceres en noches,
tiempo ficticio en viva ilusión;
¿levantará la ventisca en acción
como los hilos fantoches?
Una ausencïa que duele,
una ambición de alegría,
alma, sin halo finado, viviente,
que juventud encantada y ardiente
a su cüerpo anclaría.
Cuando se notan los años,
él, reverdece en su abril,
ella, gozosa de cuatro momentos;
distintos rumbos recorren los vientos
con sus torres de marfil.