Después de tantos años de soledad
Sintió una chispa de pasión
Y se entregó al amor.
Si hubiera sabido que ese amor
pena y tristeza le dejaría,
tal vez hubiera dado media vuelta
y se hubiera regresado a su vida anterior.
Pero se quedo, se sintió muy enamorada
y traspasó las barreras,
comió amor y vivió amor,
con una intensidad jamás imaginada,
fue su pasión su ilusión y su gran amor,
renunció a todo, por éste amor
Cambio de vida, se preocupó más por ella,
quería estar bonita para él,
abandonó sus creencias,
sus ideales, su forma de ser y de pensar
todo su entorno cambio por él,
sus metas, sus anhelos dejaron de tener sentido.
Era él, su amor, su pasión, su deseo.
Y no vio más allá…
Hasta aquel fatídico día que lo perdió,
Cuando la muerte se lo arrebató.
Allí se dio cuenta, de todo lo que había dejado,
Y de todo lo que había perdido por amor
Allí, solo acató a decir,
no me arrepiento
Amé y me amo y valió la pena
Volver a sentir el roce de su piel,
Verme en sus ojos llenos de pasión,
Me hacía tocar el cielo
Y vivir en la gloria,
Cada vez que sus besos eran míos
Y su piel se fundía en la mía.
Nunca me cansaré de bendecir
El día que lo conocí
Y haberme enamorado de él,
Solo por eso valió la pena vivir.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-