Tus caricias son como hojas secas al viento.
Tus besos como lágrimas nocturnas ahogadas en desilusión.
Ocultas tu reflejo entre sueños fingidos,
absortos del ayer.
Tus abrazos me atan con vacía pasión.
He escondido un grito de desesperación
entre sábanas de insomnio,
mientras le cuestiono a la noche
la juventud perdida.
Ha llegado la hora de que tu
tren parta, te he visto empacar tus mejores recursos.
Me vestire de olvido
y soñaré tu ausencia.