¡Ataca, siempre por la espalda!
Deja sangrando a tu presa.
Puñalada tras puñalada...
Haz que tus víctimas pidan clemencia.
¡Eres escoria sin corazón ni compasión!
Con recuerdos bizarros y llenos de dolor.
Destruye sueños e incluso, la ilusión.
Deja que fluyan tus emociones y frustración.
Acumula sangre en tus manos.
Juega con vidas, conviértete en Dios.
Supera a todos, sé un ser superior.
Saluda al ángel de la muerte.
Dile que seguirás torturando gente.
Ella sonreirá y sólo dirá que disfrutará de tu muerte.